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LADY CHARLOTTE ATROPELLADA
             CORRE HACIA SU MUERTE







            ROSARIO MOLINA                                   entregó  las  mismas  al  reciente  viudo
                                                             Humbert Humbert hombre poseedor de


                                                             un excepcional dominio del ser mismo,
                 El pasado 6 de octubre de 1910,             no lloraba ni desvariaba. Tartamudeaba

            la viuda de Harold Haze, pero actual             sólo  para  impartir  la  siguiente  informa-

            esposa de Humbert Humbert quedó                  ción: mientras le preparaba un whisky, a
            víctima después de una disputa con-              mi teléfono llamo Leslie Tomson dicien-

            yugal.                                           do que mi esposa había sido atropella-

                                                             da, no podía creer lo acontecido, si, tu-

                 Derribada y arrastrada por un Pa-           vimos  una  disputa  minutos  antes,  pero

            ckar  negro  trepado  en  un  jardín  que-       yo aseguraba que ella estaba en la ha-

            dado de puertas abiertas y ruedas de-            bitación.

            lanteras  hundidas,  dicho  automóvil
            pertenece  a  los  Beale  de  los  cuales               Al final llegaron al lugar del suce-

            presentes Frederick Beale y su padre,            so tres médicos y los Farlow quienes se

            el  percanse  se  dio  cuando  Charlotte         hicieron cargo de la situación.

            H. cruzaba corriendo la calle para de-

            positar  tres  cartas  al  buzón,  se  co-

            menta que el accidente se dio debido

            a que pocas cuadras de donde suce-
            dió el accidente se estaban multando

            automóviles  ilegalmente  estaciona-

            dos ; a cargo del cuerpo dos policías y

            Frederick Beale, los restos maltrechos

            de  Charlotte  H  fueron  cubiertos  por

            una  manta,  el  paradero  de  las  tres

            cartas fue a dar con una niña la cual


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