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Gabriel García Márquez representa esas charlas en la sala de la familia

de mi amigo, donde hablábamos de la historia, los personajes de la novela;
pero eso nos llevaba irremediablemente a charlar sobre historia, música y

otros autores. Por eso creo que la lectura de un libro, de un buen libro, no sólo

te deja la experiencia de lo contado, sino te permite vivir una experiencia de

vida, enriquecer tu contexto. Es por eso, que relacionó la lectura de este libro

con la música de Silvio Rodríguez, que habla de libertad y de un no renunciar

a un ideal. No te contaré que García Márquez creía en ideas de izquierda y

que estaba a favor de la Revolución Cubana, eso es obvio.

La lectura de este escritor es para mi también el descubrimiento de otros

autores, eso incluye, a manera de ejemplo, a William Faulkner y saber que

también creó una ciudad mítica donde la gran mayoría de sus personajes vi-

ven, Yoknapatawpha, vaya nombre. Por lo tanto, estas dos ciudades ficticias
son de alguna manera hermanas.

Gabriel García Márquez también representa para mí el amor: la lectura

de la maravillosa novela El amor en los tiempos del cólera, se la debo a una

novia que me regalo ese libro, recuerdo los momentos compartidos hablando

de como el amor puede ser eterno, lucha por abrirse paso por el tiempo, el ol-

vido. Ahora esa novia es mi esposa.

Y podría seguir platicando las experiencias de lectura de otras obras de

este magnífico escritor, pero mi deseo es que tú tengas estas experiencias

que te marquen la vida, porque eso es la lectura, una experiencia de vida que

te marca para siempre. Es por eso que creo que Gabriel García Márquez, co-

mo muchos otros autores, están presentes en la existencia de tantas perso-

nas; porque no sólo es una lectura, es vivir otra vida y, además, los escritores
y personajes se convierten en tu familia y amigos.

Por lo tanto, atrévete a leer al Gabo, a Mario Vargas Llosa, a Julio Cortá-

zar, a Jorge Luis Borges, Octavio Paz, a manera de ejemplo. Lo único que te

prometo es que la vida la verás de otra manera, y porque no, tal vez a ti tam-
bién te persigan a donde vayas mariposas amarillas.

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