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En la gastronomía de forma muy particular encontramos que los grandes plati-
llos que se conocen de la época, nacen en los conventos, en donde como si
fuesen esas cocina una especie de laboratorio, surgen grandiosos platillos, por
demás elaborados, donde las mojas invierten tanto tiempo en su elaboración
que la presentación misma es una obra de arte para los ojos, no se diga para el
paladar.
El mestizaje culinario en el barroco se da con los dulces, los platillos dulces. En
donde ya se da la implementación de ciertos ingredientes, azúcar (de la caña),
vainilla, canela, frutos secos como la nuez, almendra, piñones, coco, el uso de
especias como el comino, clavo, laurel, pimienta.
Algunos de los platillos que podemos destacar en este mestizaje barroco esta
los chiles en nogada, pollo en miel, asado de boda, arroz a la vizcaína, mole de
convento, capirotada.
La gastronomía mexicana, declarada como Patrimonio Cultural de la Humani-
dad en el año 2010, abarca una mezcla de cocinas: la española, la indígena y
la africana. Con la llegada de los españoles al Nuevo Continente, no sólo traje-
ron consigo nuevas costumbres y tradiciones, creencias religiosas, rituales es-
pirituales y cotidianeidades, sino que también aportaron una gran variedad de
ingredientes con los cuales las manos de las primeras mujeres mexicanas en la
cocina dieron paso a sublimes platillos de la época virreinal: verdaderas obras
de arte que en su esencia se puede apreciar su origen, el porqué de su majes-
tuosidad en cuanto a su rebuscada y compleja elaboración, presentación, sabor
y aroma, es donde el arte barroco se gana un lugar dentro de la gastronomía
mexicana.
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